jueves, 28 de marzo de 2024

POESÍA: A VIVIR


A vivir se aprende tarde. 

Mientras casi ni existimos

nos quejamos de la vida

porque no da tiempo a nada.

Y queremos que perdure

con sus pros y con sus contras,

que se alargue y se descorche 

un nuevo tour con más etapas.


Pero no nos damos cuenta

en la brevedad abnegada

de que el tramo más valioso 

rara vez es el más largo;

porque no es cuestión de tiempo 

y es vivir una sorpresa

que no entiende de estaciones 

ni se mide con los años.


Que seremos más felices

si vivimos a lo ancho.

Y para eso hay que inventarse 

cada día y cada mundo:

hacer un viaje, leer libros,

abrazar brazos cruzados,

escribir, aprender magia

o apuntarse a algunos cursos.


Todo vale, mientras se haga;

lo importante es hacer

porque dura siempre poco

hasta la vida que más dura;

no sabemos cuánto queda

pero sí hay algo seguro:

una vida nunca es corta

si se vive con anchura.

REFLEXIÓN: LA ECUANIMIDAD YA NO EXISTE


Hablamos demasiado de nosotros mismos. A medida que aumenta el aislamiento generalizado, gracias a la pantomima de la hipercomunicación, las personas se cierran como las flores en la noche. Ha sido interesante ver cómo las manifestaciones de agricultores, que eran entendibles para todos, generaban al mismo tiempo una obtusa indiferencia. No va conmigo. Sucedió antes, y más grave, con las demandas de los sanitarios o los profesores, que pese a ser eco de nuestra sociedad carecieron de un apoyo contundente. Lo gremial nos distancia. Allá cada cual. La nueva política teatralizada tiende a disgregarnos y hasta los partidos nacionalistas, ya sean españoles o catalanes, han decidido seccionar a sus ciudadanos entre buenos y malos. Buenos y malos para sus intereses particulares, claro.

Ha resultado profundamente indigno ver cómo el partido de la oposición utilizaba el primer caso notable en cinco años de corrupción dentro del Gobierno para lanzarse sobreactuado a la yugular, cosa que es entendible, pero que convenía moderar tras una trayectoria reciente que aún se dirime en los juzgados. No ayuda tampoco su particular manera de encarar la corrupción entre sus propias filas, cargando contra fiscales, policías, Gobierno y Agencia Tributaria cuando les sacan los colores. Aún más felino ha sido el ataque contra los periodistas. Todavía estaba reciente la condena general a Pablo Iglesias cuando señalaba a ciertos locutores o informadores y, sin embargo, se justifica el atacar y amedrentar a los profesionales que investigan en las brechas corruptas del entorno de la presidenta Ayuso. A su turbio piso no se pueden acercar a preguntar los reporteros, después de dos años de acoso al chalet de Irene Montero sin que los partidos rivales ordenaran parar ese acto indigno, excusándose en una supuesta venganza por los antiguos escraches.

Son síntomas de cómo lo propio importa mientras lo ajeno provoca desprecio. Si practicáramos una visión de conjunto, con menos lupa y un poco más de plano general, seguro que eso nos ayudaría a ser más ecuánimes, nos facilitaría un mayor sosiego y probablemente hasta nos lograra hacer más inteligentes.

miércoles, 27 de marzo de 2024

POESÍA: CUANDO AMANECE


Cuando amanece dialoga

mi espíritu con el paisaje.

Ambos están reposados

y charlan acompañados

por los pájaros,

celebrando que el mundo

vuelve a la vida. 


Ese mismo mundo

que es la voz

de la naturaleza 

y yo sólo una voz interior

que un instante

abandona sus límites

proyectándose en la luz.


Esas mismas voces

que se funden ensimismadas

en su soledad

porque cada día están

más en peligro.


En esa hora

mi voz se finge eterna

y cree que cuando

esté tendida

en la quietud final

podrá adherirse a los huesos

para seguir hablando…

PINTURA: FRANZ SEDLACEK


Franz Sedlacek (1891-1945). Pintor austríaco nacido en Wroclaw, Polonia. Está considerado como uno de los artistas austriacos más destacados del período de entreguerras, cuya obra misteriosa y aún fascinante se resiste a las clasificaciones comunes. En su primera etapa gráfica trazó mundos oníricos surrealistas y amenazadores que oscilaban entre los descubrimientos del psicoanálisis de Freud y la dudosa alienación social de su época. Más tarde se volcó hacia la pintura al óleo y el estilo de los viejos maestros holandeses. Los motivos cambiaron de bailes espeluznantes a amplios paisajes desiertos, se volvieron más tranquilos, aunque no idílicos, y más bien ejemplificaron la alienación y la soledad del individuo. Aquí y allá, su desaparición en la confusión apocalíptica de la II Guerra Mundial parece un cumplimiento trágico, Sedlacek actuó en su arte como un visionario de la calamidad.

Sedlacek pinta aquí unas aves reposadas en las ramas de un árbol mortecino y sin hojas. La luz de la luna ilumina a esta especie de buitres, que si nos fijamos bien, tienen cabezas de pálidas calaveras. El artista parece mirar a Goya para crear estas criaturas idénticas, que acechan en la noche. El cuadro vio la luz en ese año tan simbólico para Alemania como fue 1933. Una premonición de la noche que se avecinaba, aunque su autor fue un ferviente nazi. Soldado y químico —artista de noche— luchó activamente en la guerra donde llegó a tener el grado de capitán, y de hecho, desapareció en combate una noche de 1945 en un enfrentamiento contra el ejército rojo. Su cuerpo nunca apareció. Quizás su alma esté ahora en un árbol como este.

martes, 26 de marzo de 2024

POESÍA: TU LUGAR



Puedes morir por una idea:

La gente lo ha hecho

con arrojo y convicción

a lo largo de la historia,

dejando que sus cuerpos

paguen el precio

de convertir su memoria

en fuente de luz para todos.

Puedes hablar del dolor,

y dejar que tu espíritu

lleve una espina

más pesada que el plomo.

Pero esta mañana

en que el sol resplandece

sobre mi horizonte,

reflexiono sobre la revolución

de valorar las pequeñas cosas,

aquellas que otorgan

la verdadera esencia

de la felicidad.

Y es que en cada jornada

nace generosamente el mundo,

te atrevas o no a disfrutarlo.

Seas quien seas,

te sientas como que te sientas,

aunque la vida te hostigue,

está ahí para tu imaginación,

llamándote, anunciando

una y otra vez tu lugar

entre todo lo que existe.

lunes, 25 de marzo de 2024

POESÍA: ENCADENADOS


A veces,

encadenamos

una reja a la bicicleta

para que no puedan

robarnos la casa.


No te preocupes:

nunca te robarán

la vida,

siempre estará

encadenada

a la muerte.


Aunque bien mirado, 

el problema es

que estamos encadenados

a los que se consideran

dueños de la vida

y de la muerte

y reparten esta última 

a su antojo. 

domingo, 24 de marzo de 2024

OPINIÓN: ¿CUÁNTO DURARÁ AYUSO?


Una de las virtudes de la democracia es que los líderes se agotan. Y otra es que podemos contemplarlo. En general, lo deciden los votantes, pero no es el único factor en juego. A veces, ellos solos entran en autocombustión cual estufas viejas, como le ha ocurrido a Pablo Iglesias, que quiso saltar de vicepresidente a freno del fascismo en Madrid y que ha acabado abriendo un bar en Lavapiés. A veces, otros les empujan un poquito, como le pasó a Cristina Cifuentes cuando alguien divulgó el robo de cremas faciales en un Eroski cercano. Así se escribe la historia.

Hoy, y más allá de las maniobras de Miguel Ángel Rodríguez para acaparar los focos como pararrayos fiel, comienza una nueva temporada de esta serie. La presidenta de Madrid sobrevivió a las comisiones de su hermano y puede sobrevivir en el cargo incluso a las que su pareja ha ido cobrando mientras defraudaba a Hacienda e intentaba colocar vacunas a precio de oro en Costa de Marfil, pero es dudoso que pueda resistirlo todo. También ella tiene un límite.

La gran baronesa del PP ha tenido y parece tener carta blanca ante la opinión pública. Se metió a los madrileños en el bolsillo cuando proclamó la libertad en la pandemia y su imagen chulesca atrae a muchos españoles. Ayuso ni siquiera logró sacar todos los Presupuestos y es dudoso que alguien pueda citar una sola de sus políticas que haya dejado una huella memorable, pero es sin duda un fenómeno de masas, un animal político. Atrae su forma de hablar, de provocar, de vestir, de comparecer, de tener imagen propia y de llevar la contraria, sea a Sánchez o a Feijóo. Logró derribar a Pablo Casado por cuestionar la ética de los contratos de su hermano y a diario pone firme a su sucesor. Pero está llegando la hora de preguntarse: ¿cuánto dura la inmortalidad política? ¿Cuánto durará la suya? Porque nunca es eterna.

Las amenazas directas a Eldiario.es y los bulos sobre EL PAÍS pueden ser poco relevantes para sus seguidores, pese a su gravedad. El cierre de filas con su pareja la puede honrar como novia, pero la arrastra como líder política. Y el olor a chamusquina que desprende todo lo que la rodea ya ha contaminado la ciudad. Ayuso libró con buen resultado el escándalo de su hermano, pero es dudoso que su futuro, su carrera y su proyección nacional salgan hoy indemnes. La noticia de que un Ayuntamiento de Madrid convocó una oposición un tanto maloliente (por los plazos y requisitos; solo se presentó su cuñada, que la ganó) añade más leña al fuego.

Por fortuna para la democracia, la inmortalidad en política no existe aunque haya políticos que crean lo contrario. Quizás en esto Feijóo tenga suerte y haya encendido una vela esperando que la susodicha se queme. Aunque él mismo merezca la misma suerte por estar enfangando la política de la repugnante manera en que lo hace. 

sábado, 23 de marzo de 2024

POESÍA: GENTE INFELIZ


El mundo se olvida

de que también

hay gente

que alguna vez

merecería ser feliz.

Que corresponde

un roto ya

en el rígido tejido

–equivocado–

de someterse a la miseria.

Hoy, por ejemplo, 

podría ser el día

ya de la excepción,

el instante dispuesto

de la fuga.

Amnésica, la vida

con el mundo, olvidadizo,

se va de copas,

y a las tantas

igual alguien recuerda

la espera de los otros 

como a un bebé

en el coche abandonado

con el cristal subido

y con asfixia.

Pero llegará otro día

y no habrá habido

cesura en el infortunio.

Los de siempre continuarán 

con lo que les ha tocado

como un cangrejo que camina

hacia delante

o una lluvia que asciende,

o una rambla sin nada

que anegar

o, extraña aberración,

la más terrible,

un amor que perdura.